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jueves, 4 de agosto de 2016

Las modelos cubanas de Chanel



A solo cinco minutos del primer ensayo del desfile de Chanel, la segunda directora de la firma le dijo a Jessica: "¿Quieres modelar?".

"Eran las seis menos 20 de la tarde. Tuvo que repetirme la pregunta. Me quedé en shock, no recuerdo el momento en que me vistieron", confiesa.

Jessica se desempeñaba como azafata en el Teatro Martí, que fungió como camerino del desfile. Aunque solo debía dar la bienvenida y orientar a los invitados, su estilo impresionó.

En cuestión de minutos, le eligieron un vestuario. Después, la prueba final: "Me pusieron delante de Karl Lagerfeld. Todo perfecto, dijo él, y me pidió que me relajara. Yo estaba sin palabras".

Jessica se sumó a Lupe y Johana, las únicas dos modelos cubanas que habían sido seleccionadas en un casting previo, a partir de fotos de la agencia Actuar.

"Después hubo una prueba en bikini, que fue la definitiva. A los once días dijeron que habíamos sido aceptadas. Eso fue dos meses antes. No quise ni comentarlo. Para una modelo, trabajar con Chanel es la cima. A pesar de los nervios, todo fue muy bien, el personal de la firma y las modelos eran maravillosos", cuenta Lupe.

Relata Johana: "A mí me costó concientizar que iba a trabajar con Chanel. Cada detalle, todo estaba extremadamente organizado. Cuando salí a la pasarela me sentí muy natural, todavía no me lo creo".

Para Jessica fue igual de impresionante. "Cuando me relajé, me dije: Wow, voy a dar la cara por otras muchachas cubanas que se lo merecen también, que éste es su sueño. Niñas que modelan desde los 13 años luchando por una oportunidad".

Las tres llegaron al modelaje por cosas del destino. A pesar de sus dotes físicas, habían escogido otros caminos. Jessica es actriz y estudia en el Instituto Superior de Arte. Lupe toca el saxofón. Y Johana estudió contabilidad.

"No tenemos nada que envidiar. Estamos perfectamente preparadas. Estamos al mismo nivel, aunque los estilos y el prototipo son diferentes. Sí, la presión fue mucha, pero estuvimos a la altura. Ellas estudiaron en París, nosotras en La Habana, pero no hay más diferencias".

Las tres impresionaron en la pasarela, aunque el reconocimiento en Cuba, "siempre es discreto", comentan. Hasta en el caso del desfile de Chanel, la referencia a las modelos cubanas ha sido escasa.

"Muy poca promoción, los medios han hablado poco o nada sobre el tema, solo algunas revistas digitales. En la televisión cubana, silencio total. Es muy triste, porque esto toca una vez, no dos", destacan.

Las modelos no saben por qué Largerfeld decidió incluir cubanas, quizás por los mismos motivos que eligió La Habana. A pesar de las excentricidades propias de la marca, Cuba sí estuvo presente en los diseños, especialmente la de los años 50, opinan.

Llevar un diseño de Chanel es una oportunidad exclusiva. "Me encantó mi conjunto, creo fue uno de los que sí se podrían llevar en Cuba, yo lo usaría en la calle", comenta Jessica.

Jessica, Johana y Lupe, fueron las únicas nacidas en Cuba en recorrer el Paseo del Prado con diseños de Chanel. Al parecer, en este caso fue el verdadero talento lo que llevó a las modelos a la pasarela y no las "influencias". Otros cubanos, entre ellos el aspirante a modelo Tony Castro Ulloa, nieto de Fidel Castro, solo trabajaron como asistentes del evento.

El acceso al espectáculo más importante en la historia de la moda en la Isla fue muy restringido. "Aunque el desfile representaba mucho para los defensores de la moda en Cuba, no fueron invitados. Gracias a Dios estaba Carmen Fiol. Pero se quedaron otros, como Juan Carlos Marrero y Mercedes Aguirre, la mayor modelo cubana", comenta Jessica.

Sin dudas, el desfile contribuirá a la carrera de las muchachas y a abrirles puertas. "Pero todavía tenemos que luchar", afirman. Ahora buscan exponer su trabajo a nivel internacional, nada fácil para una modelo cubana.

Conscientes de todas las carencias de la moda nacional, tanto en la creación como en la producción de eventos, esperan que este histórico suceso atraiga nuevas miradas a Cuba, su moda y sus modelos.

"Creo que Chanel es el inicio de muchas cosas, se abre una puerta para que otras marcas vengan a inspirarse en nuestra Isla y a buscar modelos. Las cosas pueden cambiar", opina Jessica.

"No creo que antes de los últimos cambios de estos años, este desfile hubiese sido posible. Espero que repercuta y no sea solo que Cuba está de moda de forma pasajera", apunta Johana.

Por su parte, Lupe afirma: "En algún momento tenían que venir a Cuba, a hacer algo diferente ¿Y qué mejor que Chanel?".

Texto y foto: Ana Paula Díaz

Diario de Cuba, 11 de mayo de 2016.


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